Las dos fracciones en que se dividió el oficialismo en Racing intentan resolver diferencias para presentar una sola lista en las elecciones.
Luego de las disputas por la conformación de la lista oficialista y la consecuente división de Racing Vuelve, la agrupación que condujo el club desde los últimos días de 2008, llegó el tiempo de reflexión. Por eso Rodolfo Molina, actual presidente e inspirador de la nueva Racing Sigue, y Pablo Podestá, vice en vigencia y cabeza de la otra fracción que aún no definió nombre, coincidieron en un análisis: caminar por veredas opuestas, más allá de las diferencias en los modos de gestionar el club, supone más costos que beneficios. Sin dudas, el mensaje para los socios es contradictorio luego de tres años de un mandato que fue clave para la recuperación institucional; además la escisión dispersa los votos y puede contribuir a engrosar el caudal opositor. Hay otra razón atendible: jamás, entre los reproches disparados de ambas partes, surgieron cuestionamientos personales o comentarios desdorosos. Se da, entonces, la posibilidad de encauzar el desvío, reforzada por la convivencia en Comisión Directiva hasta que ser produzca el recambio. Mañana habrá una prueba de madurez, ya que se han comprometido a debatir y aprobar el presupuesto para el ejercicio 2012. Voceros de las dos fracciones admitieron, también, que las negociaciones suponen concesiones mutuas. Y aquí se impone la prudencia porque, hoy, resulta un ejercicio febril imaginar que Molina no vaya a sostener a Gastón Cogorno como aspirante a la presidencia ya definida su voluntad de resignar un segundo mandato. Y tampoco parece sencillo que Podestá no quiera, como ya es sabido, llevar la máxima representación del oficialismo. Como marca el estatuto de Racing Club, en menos de un mes los trinomios deberá estar confeccionados e inscriptos para ser incorporados a la competencia. Las charlas, en ese lapso, arderán...
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